Como consecuencia de la mala alimentación y de tener una
vida sedentaria, nuestro cuerpo acumula una gran cantidad de toxinas y desechos,
la contaminación o el uso de productos químicos, entre otros. La piña tiene
cualidades diuréticas y desintoxicantes que impulsan la eliminación de todas
esas sustancia que pueden afectar la salud si no son expulsadas adecuadamente.
La piña es rica en fibras insolubles, las cuales permanecen
prácticamente sin cambios cuando se exponen al agua.
Las fibras insolubles actúan como una esponja en los
intestinos, facilitan el tránsito intestinal y ayudan a mejorar el
estreñimiento.
Otro de los beneficios de comer piña es la reducción de
ataques cardíacos y accidentes cardiovasculares.
Esto se debe a que esta deliciosa fruta combate la
coagulación de la sangre y evita que las plaquetas sanguíneas se peguen o se
acumulen en las paredes de los vasos sanguíneos.
La piña podría ser útil en el tratamiento de las
enfermedades que conllevan inflamación como sinusitis aguda, dolor de garganta,
artritis o gota.
La piña es una fuente rica en antioxidantes como la vitamina
C, yodo, magnesio, fósforo y calcio que, además de reforzar las defensas,
también tienen una acción positiva en la tiroides y las células nerviosas.
Sus altos contenidos en vitamina C la hacen poderosa para
combatir los radicales libres presentes en el organismo. Los radicales libres
pueden desencadenar diferentes enfermedades como es el caso de la
ateroesclerosis, enfermedades cardíacas, diabetes, e incluso algunos tipos de
cánceres.
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